lunes, 31 de agosto de 2015

La pantalla Tamiz

Según el psicoanalista, Jacques Lacan, afirma que nuestra subjetividad está conformada por tres campos distintos pero muy relacionados entre ellos.

El primer campo, se denomina  lo real, que se viene a referir a todo lo que no se puede imaginar ni iconizar, es el lugar de a sexualidad, la muerte, el horror.  El segundo campo es lo simbólico, es donde se encuentra los significantes y el lenguaje. Y por último, lo imaginario el que no interesa, es donde residen las imágenes.  El mismo Lacan la denomina como “la dimensión del engaño”, ahí se depositan todas las imágenes hiperreales y reales que asumimos directamente de la realidad y las tomamos como modelos, instaurándose en nuestro imaginario colectivo como un virus.

La medida en que nos afecten depende de la mirada que tengamos nosotros sobre las imágenes y los objetos. Estos proyectan sobre nosotros una mirada viéndonos reflejados en ellos y nosotros a su vez proyectamos sobre ellos otra mirada que también se refleja y  a sí, juzgándonos mutuamente. De la interrelación de los dos juicios nace un punto intermedio que es la pantalla que nos protege y nos acerca a la realidad creando nuestra subjetividad (Identidad).







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